Londres es famosa por el Big Ben, París por la Torre Eiffel,
Roma por el Coliseo. Barcelona, por el contrario, no es
identificable por uno o dos edificios, sino por la producción
de todo un movimiento, el Modernisme, a caballo entre los
siglos XIX y XX.
Este libro es, además de un recorrido por los edificios más
destacados de Domènech iI Montaner, Antoni Gaudí,
Josep Maria Jujol y Puig i Cadafalch, un análisis detallado
de las formas creadas por los más importantes artesanos
del momento, muchos de los cuales han permanecido durante
décadas en el más absoluto anonimato.