Cuando Christopher Forrester se despierta inesperadamente con un dragón diminuto mordiéndole la cara, su corazón da un salto de alegría. Durante meses ha soñado con regresar al Archipiélago, el conjunto de islas secretas donde aún habitan todas las criaturas de la mitología. Lo que no esperaba era verse envuelto en una misión de rescate a lomos de una esfinge, ni tener que infiltrarse en la guarida de un dragón.Tampoco imaginaba que compartiría la aventura con una chica acompañada por una bandada de aves, un polluelo recién salido del cascarón en el bolsillo? y un hambre insaciable de justicia.