La ira desempeña un papel adaptativo muy relevante para nuestra supervivencia. Entre las emociones humanas, la ira es la que se juzga con más severidad y se condena con más frecuencia. Y todavía es peor cuando se transforma en resentimiento y rencor que envenenan nuestra vida y la de los demás. Sin embargo, es la emoción con más poder para hacernos pasar a la acción y pro¬porcionarnos la energía necesaria para producir grandes cambios, tanto personales como sociales. Roberta Milanese nos invita a dar un paso atrás en el tema de la ira para aprender a distinguir su función fundamental para nuestra supervivencia, a reconocer los mecanismos que la desencadenan y a contemplarla como un poderoso medio de transformación.