Su peripecia vital, marcada por cambios periódicos y en general drásticos de lugar, de actividad y de circunstancias, ha dejado una huella tan fuera de lo común, que no sorprende que en el pasado hayan querido escribir su biografía diversas personas cuyos itinerarios se cruzaron con el de ella. Isabel siempre se manifestó decididamente en contra y, solo en fechas muy recientes, ha cedido a los ruegos insistentes de quienes consideran que el surco que ha trazado no puede quedar en el olvido. Su vida constituye un tratado de humanidad, una pieza incluso de teología viva e ilustrada, que debería servir de ejemplo, estímulo y hasta regocijo para muchos. El título de este libro quiere destacar un rasgo que la biografiada tiene en un grado tan extraordinario, que permite, comprender tanto su llamativa manera de estar en el mundo como intuir la profundidad de las convicciones íntimas que la animan.