Pahroc, el protagonista de esta novela, tiene un don para la magia.
	Por ejemplo, es capaz de caminar por el aire o de atravesar paredes,
	entre otras asombrosas habilidades con las que empezó a familiarizarse
	desde niño, en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial.
	Estos dones le serían muy útiles para aliviar penurias y sortear peligros
	en las dos grandes contiendas bélicas del siglo  y procurarle a
	su familia el sustento necesario. No tardará en ser considerado un
	gran maestro del ilusionismo, dedicación que compaginará con distintas
	ocupaciones a modo de tapadera: técnico de radio, inventor o
	psicoterapeuta.
	
	Tras una vida de peripecias y magia, a los 106 años de edad la máxima
	preocupación de Pahroc es transmitirle los secretos de su magia a su
	nieta Mathilda, razón por la cual escribe para ella en una
	serie de cartas los extraordinarios episodios de su vida.
	
	Con el trasfondo del último siglo, y una fantasía no
	exenta de humor e ironía, la novela de Sten Nadolny
	narra la asombrosa historia de un hombre
	que utiliza su magia para hacer frente al desencanto
	del mundo.