Julieta y su madre llegan a La Sabina a pasar el verano. A sus once años, es la primera vez que Julieta pasa las vacaciones en el pueblo familiar. Ese verano, Julieta vive los últimos días de su niñez y descubre que, así como los cimientos del pueblo están hechos de secretos y de recuerdos, el corazón de las personas está hecho de miedo, odio, amor y esperanza, los cuatro elementos que nutren sus sueños y también sus peores pesadillas.
