Entre callejuelas empedradas, aromas de marisco fresco y sonidos de fado o jazz callejero, Oporto despliega todo su carácter. Hay bodegas con historia y chefs jóvenes con propuestas rompedoras, mercados tradicionales y tiendas con encanto, playas atlánticas y puentes para aventureros. Puedes visitar un museo dedicado a los tranvías, probar conservas gourmet, participar en un taller creativo o simplemente dejarte llevar por el ritmo pausado de la ciudad. Cada barrio tiene algo diferente que contar, y cada rincón guarda una sorpresa.