"«Mi padre siempre me aconsejó que no escribiera mis memorias. Los reyes no se confiesan. Y menos, públicamente. Sus secretos permanecen sepultados en la penumbra de los palacios. ¿Por qué le desobedezco hoy? ¿Por qué he cambiado de opinión? Porque siento que me roban mi historia». Esta obra, escrita en primera persona y cuya publicación es en sí un acontecimiento histórico, viene, en efecto, a reparar esa situación. Si Su Majestad ha decidido dar cuenta de su historia después de casi cuarenta años de reinado, es porque el traslado a Abu Dabi, parte de la opinión publicada y, por qué no, los propios errores han acabado por ensombrecer su trayectoria y sus aportaciones fundamentales al éxito de la democracia española.